Lorenzo Carcavilla Puey.
Psicólogo, Máster en Psicoanálisis y Filosofía de la Cultura, Doctor en
Psicología por la Universidad Complutense de Madrid. Formado en Acompañamiento
Terapéutico con Leonel Dozza.
Trabajo en Asapme Huesca
desde el 2015 y desde el principio estoy muy feliz con mi equipo y entidad. Una
buena comunicación y coordinación tanto interna como con el resto de
compañeros/as de otros dispositivos es fundamental en nuestro trabajo.
Atiendo a las personas de
nuestros recursos que se quieren beneficiar de una atención de carácter
psicoterapéutico, acompañándolas de este modo, a través de la escucha y el
diálogo, en su proceso de recuperación. También coordino actualmente los grupos
de Escritura Creativa y el Grupo Terapéutico, espacios basados en buena medida
en los planteamientos de los Grupos de Ayuda Mutua. En ellos trato de cuidar y
facilitar el que cada participante pueda expresarse a través de las palabras, escritas
o habladas, y compartir su experiencia vital (profunda o superficial, cotidiana
o puntual, dolorosa o feliz) pudiendo así tener la oportunidad de reelaborar y
resignificar su historia de vida, sus vínculos con las personas y su horizonte
de sentido, elementos a veces dañados por complicadas y dolorosas experiencias
de vida, o por la desesperanza y desconfianza de uno mismo y de los demás que
esas experiencias u otras han generado hacia las en verdad enormes capacidades
que todo ser humano tiene.
También voy a ver a las personas
a sus casas, o quedamos en su plaza o bar preferido, en su huerto, o donde pida
el momento si hay que hacer (o disfrutar de) otras cosas. Damos paseos,
hablamos y los acompaño en su aburrimiento, en su risa, en su inseguridad, en
sus bloqueos, en sus logros y en su angustia, es decir, que juntos reímos o nos
angustiamos cuando surge alguna incertidumbre o ciertas dificultades. Pero los
miedos y las incertidumbres se pasan mejor con alguien (con alguien que está
ahí de verdad y que no ofrece soluciones precocinadas) e incluso pueden ser resueltos
por uno/a mismo/a. Y es que muchas veces enfermamos en realidad por tratarnos
los unos a los otros como objetos (por no escucharnos, por usar al otro como
continente de mis proyecciones, por juzgarlo desde mis propios criterios
cerrados y temerosos) en vez de como sujetos de pleno derecho. Eso mismo es lo
que trato que recupere cada persona a través de mi acompañamiento terapéutico:
sus derechos y sus responsabilidades, su autonomía y, en definitiva, su vida.
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